lunes, 1 de agosto de 2016

Hoy, después de algún tiempo en el que la incertidumbre acerca de los dos invadió mi pensamiento, descubrí, no sin antes reflexionar durante largos días, que por más amor que sienta hacia ti, todo eso que un día me llenó de ilusión, no puede ser, no será.

 No se trata, como dicen algunos, de que no estemos hechos el uno para el otro, sabes bien que no creo en la predestinación del amor, y que pienso, más bien,  que tal sensación  es una decisión consciente, que existe gracias al esfuerzo que hacen las personas por permanecer junto a otras; no me malentiendas, no quiero decir con esto que no crea en el amor, quiero decir, que cuando existe un sentimiento entre dos personas, son ellas quienes deciden por medio de su esfuerzo y compromiso mutuo, convertirlo en ello que ha inspirado tantas obras hermosas en la historia humana.

La razón por la que comprendí que mantener viva la esperanza es inútil, escapa, sin duda alguna, a la idea absurda de que existe para cada quien una media naranja, un alma gemela. Creí durante mucho tiempo en tales fantasías, llegué incluso a pensar—y lo sabes bien—que  tú eras esa otra parte de mi, y que había encontrado aquello que muchos pasan la vida buscando y otros mueren sin encontrar. Pero algo que sé con certeza ahora, es que el tiempo es el mejor maestro en las cuestiones del corazón.

Soñé tantas veces con volver a tu lado, pero ya ves, no todo lo que se sueña se hace realidad. Y todos tenemos la obligación de ver, así sea tarde, que hay caminos que no conducen a ningún lugar, que hay caminos que nos hacen volver a donde empezamos, y que, al final, se convierten en prisiones que llamamos ilusiones y anhelos. En esa prisión estaba yo, deseando día a día que algo cambiara, deseando despertar de una mala noche, repitiéndome, cada vez que podía, que algo sería distinto la mañana siguiente, y ver eso no me gustó.

No siento que haya nacido para estar encadenado a  promesas que se desvanecen fácilmente, y no quiero navegar solo este mar para hundirme finalmente. Es esta la razón por la que hoy decidí abrir mi corazón y dejar que cada sentimiento y esperanza que aún conservaba, partiera lejos de mí. Debo hacerlo, de lo contrario seguiré esperando cosas que sabía que no pasarían, pero quería creer que sí. tal vez pensé en algún momento, que como afirman algunos, el poder de la mente es infinito, y que si lo deseaba lo suficiente, podría hacerse realidad. Tengo que seguir adelante, transformar mi vida, y volver a encontrar a la persona de la que te enamoraste un día, porque tengo la certeza, de que el tiempo que estuve en esa prisión, hizo que se ocultaran miles de cosas que antes me definieron.

Siempre recordaré con mucho cariño cada una de las historias que nos unen, incluso aquellas que hicieron brotar lágrimas de nuestros ojos. Nada, jamás, me hará creer que lo que vivimos no fue hermoso y verdadero, pero nada es eterno, y cuando las cosas se acaban la vida da dos opciones, continuar, o quedarse, yo escojo la primera.


Con el mayor afecto posible, te deseo lo mejor.  

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